Acaban las
Navidades y llega el momento de perder esos kilos de más que hemos ganado con
tanto turrón. Después de las fiestas toca ponerse en forma y a dieta. Un
clásico que se repite cada año y que seguro que es uno de vuestros propósitos
para el 2015. Además de cuidarse, seguro que otro de vuestros deseos navideños
es aprobar los exámenes de enero. Aunque no lo creáis, comer bien y rendir en
los estudios está estrechamente relacionado. Tener una alimentación equilibrada
en la que incluyáis alimentos variados, y complementarlo con un poco de
ejercicio diario, no sólo os permitirá perder esos kilos de más sino que
también favorecerá a que os encontréis mejor para enfrentaros a los exámenes.
Hace unos días ya hicimos referencia a este tema en una entrada anterior que
podéis leer pinchando en este enlace.
¿Queréis saber
algunos consejos para conseguirlo? Aquí os dejamos con una lista de los pasos
clave que tenéis que seguir. Con esto y una actitud positiva el trabajo será
más fácil.
-Lo primero que
tenemos que hacer es plantearnos hacer 30 minutos de ejercicio al día como
mínimo. Así que os podéis apuntar a un gimnasio o practicar el deporte que más
os guste siempre que lo hagáis de manera constante y rutinaria. Para aquellos
que no están habituados a las actividades deportivas, sería recomendable que
emperezan poco a poco caminando durante 45 minutos. Además, es importante
cambiar los hábitos: no usar tanto el coche o subir por las escaleras en vez de
por el ascensor, son algunos de nuestras recomendaciones.
-Realizar 5
comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Es importante
comer de todo y evitar los alimentos ricos en grasa como la bollería, las
galletas, el embutido o las salsas. Sin embargo, deberemos potenciar el consumo
de frutas y verduras ya que aportan una gran cantidad de minerales y de fibra.
Otro alimento importante es el pescado, que nos dará un gran aporte proteico,
es de fácil digestión y apenas contiene grasa.
-El desayuno
tendrá que convertirse en la comida más importante del día y lo recomendable
sería tomar un vaso de agua, una pieza de fruta, un vaso de leche y una tostada
de pan. En cambio, tendremos que recudir la cantidad de comida que injerimos
durante la cena ya que nos vamos a ir a dormir y nuestro cuerpo no necesita
tantas calorías.
-No hay que
olvidarse de beber, al menos, dos litros de agua al día. No sólo no ayudará a
eliminar la ansiedad que nos puede producir comer menos, si no que también
mejorará nuestra capacidad renal y la hidratación de la piel.
-Por último, es
imprescindible comer despacio ya que eso hace que la sensación de saciedad
llegue antes de incluso haber acabado la ración.
Lo más
importante de este proceso es que aprendamos a comer bien y de manera
equilibrada y que nos habituemos a hacer deporte para que esto no sea algo
pasajero, sino que lo apliquemos a lo largo de los años. ¡Ahora sólo queda
ponerlo en práctica! ¡Ánimo chicos!
Elsa Álvarez
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